*Llegan a La Escobilla alrededor de 30 mil golfinas.
Por: Patricia Pacheco Guzmán
En los primeros días de este mes, la costa oaxaqueña recibió un inesperado regalo de la naturaleza: más de 30 mil tortugas golfinas arribaron a la playa La Escobilla, Tonameca, para depositar sus huevos, en lo que se constituyó el primer arribazón importante de este año.
Ante este evento, que incluso tomó por sorpresa a los propios habitantes del lugar, se habilitó un operativo de vigilancia en el que participaron elementos de la Armada, el Ejército y la Agencia Federal de Investigación (AFI), así como inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), quienes se encargaron de realizar patrullajes y revisiones en retenes establecidos en diversos puntos carreteros.
José Francisco Félix Sánchez, delegado estatal de PROFEPA, confirmó en entrevista que se contabilizaron poco más de 30 mil tortugas que hicieron su arribo en La Escobilla durante los días 1 y 2 de enero, y recalcó que los operativos tienen el objetivo de evitar la depredación de tortugas y huevos, pues, como se sabe, éstos últimos son muy apreciados entre los contrabandistas que los venden no sólo en la costa, sino en lugares como el Istmo o el Distrito Federal.
Por otro lado, resaltó que “es importante que la gente coopere no consumiendo el huevo, y que no se vayan con la finta de que es afrodisíaco; muy por el contrario, puede elevar considerablemente los niveles de colesterol y con ello ser un riesgo para la salud”.
Según el Centro Mexicano de la Tortuga cada año se presentan alrededor de ocho arribazones en la referida playa, lo que representa un incremento con respecto al periodo en que se explotaba el recurso (antes de la veda oficial en 1990), sin embargo esto no quiere decir que la especie se encuentre fuera del peligro de extinción, por ello es que las penas para quien capture, dañe o mate a cualquier ejemplar de tortuga, así como para la recolección de sus productos o subproductos, va de 1 a 9 años de prisión y multas de hasta 3 mil días de salario mínimo.
El promedio de huevos que deposita cada tortuga durante su arribada es de 100, y después de unos 45 días, el 30 por ciento de ellos se convertirán en crías que emergerán de los nidos para iniciar su trayecto en el mar. No todas las crías llegan a su etapa adulta pues muchas de ellas son depredadas por aves, cangrejos, zopilotes, perros y peces.
Según los expertos, la llegada simultánea de cientos o miles de tortugas a un mismo lugar para desovar es una sabia estrategia de sobrevivencia, pues con ello se atenúa el impacto de la depredación.
Las tortugas existen desde hace 150 millones de años, lo que demuestra que son grupos con una gran capacidad de adaptación. Durante sus migraciones recorren miles de kilómetros para hacer los trayectos entre los sitios de alimentación y anidación.
Por todo lo anterior, las tortugas se convierten en un emblema de la conservación, y por ello es importante que los niños y jóvenes adopten el respeto por la naturaleza, y que los adultos pensemos dos veces antes de dilapidar un recurso fundamental para el equilibrio ecológico, al consumir los humeantes “limoncitos blancos”, o las aletas enchipotladas.
Ante este evento, que incluso tomó por sorpresa a los propios habitantes del lugar, se habilitó un operativo de vigilancia en el que participaron elementos de la Armada, el Ejército y la Agencia Federal de Investigación (AFI), así como inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), quienes se encargaron de realizar patrullajes y revisiones en retenes establecidos en diversos puntos carreteros.
José Francisco Félix Sánchez, delegado estatal de PROFEPA, confirmó en entrevista que se contabilizaron poco más de 30 mil tortugas que hicieron su arribo en La Escobilla durante los días 1 y 2 de enero, y recalcó que los operativos tienen el objetivo de evitar la depredación de tortugas y huevos, pues, como se sabe, éstos últimos son muy apreciados entre los contrabandistas que los venden no sólo en la costa, sino en lugares como el Istmo o el Distrito Federal.
Por otro lado, resaltó que “es importante que la gente coopere no consumiendo el huevo, y que no se vayan con la finta de que es afrodisíaco; muy por el contrario, puede elevar considerablemente los niveles de colesterol y con ello ser un riesgo para la salud”.
Según el Centro Mexicano de la Tortuga cada año se presentan alrededor de ocho arribazones en la referida playa, lo que representa un incremento con respecto al periodo en que se explotaba el recurso (antes de la veda oficial en 1990), sin embargo esto no quiere decir que la especie se encuentre fuera del peligro de extinción, por ello es que las penas para quien capture, dañe o mate a cualquier ejemplar de tortuga, así como para la recolección de sus productos o subproductos, va de 1 a 9 años de prisión y multas de hasta 3 mil días de salario mínimo.
El promedio de huevos que deposita cada tortuga durante su arribada es de 100, y después de unos 45 días, el 30 por ciento de ellos se convertirán en crías que emergerán de los nidos para iniciar su trayecto en el mar. No todas las crías llegan a su etapa adulta pues muchas de ellas son depredadas por aves, cangrejos, zopilotes, perros y peces.
Según los expertos, la llegada simultánea de cientos o miles de tortugas a un mismo lugar para desovar es una sabia estrategia de sobrevivencia, pues con ello se atenúa el impacto de la depredación.
Las tortugas existen desde hace 150 millones de años, lo que demuestra que son grupos con una gran capacidad de adaptación. Durante sus migraciones recorren miles de kilómetros para hacer los trayectos entre los sitios de alimentación y anidación.
Por todo lo anterior, las tortugas se convierten en un emblema de la conservación, y por ello es importante que los niños y jóvenes adopten el respeto por la naturaleza, y que los adultos pensemos dos veces antes de dilapidar un recurso fundamental para el equilibrio ecológico, al consumir los humeantes “limoncitos blancos”, o las aletas enchipotladas.
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