Arrasa el mar con palapas en playa Zipolite
Patricia Pacheco
Prestadores de servicios de la playa Zipolite, perteneciente al municipio de Pochutla, externaron su preocupación por las pérdidas económicas que les ha generado un fenómeno natural por el cual el mar embravece de manera inusual y absorbe grandes cantidades de arena de las orillas, arrasando con una gran cantidad de palapas habilitadas como restaurantes o espacios para el descanso de los visitantes.
Alrededor de 10 negocios que funcionan como posadas y restaurantes han sido afectados por tal fenómeno, por lo que en plena temporada vacacional han visto mermadas sus ganancias, y lo que es peor, señalan, están a punto de perder buena parte de su patrimonio, ya que al rehabilitar algunas de las palapas que están a punto de ser tragadas por el mar, tendrán que desembolsar grandes cantidades de dinero.
“Desde hace como 13 años sufrimos este tipo de fenómenos; hace tiempo teníamos palmeras enfrente, así como una palapa bien grande, pero poco a poco el mar ha ido escarbando hasta dejarnos sin espacio. Como prestadora de servicios me preocupa por el turismo, porque además corren el riesgo de que caigan por algún descuido y se lastimen, por los desniveles que hay en algunas partes de la playa”, señaló Felipa Cervantes Esteines, dueña del restaurant Zipolipas, y una de las fundadoras de este destino de playa.
La entrevistada explicó que el mar mostró tal reacción desde hace unas dos semanas, y a la fecha, las autoridades de protección civil municipal, no se han presentado al lugar para verificar el estado de los negocios, o proponer alternativas para rescatar algunas enramadas que aún permanecen en pie.
Adelantó que en caso de perder su palapa, el costo para volverla a construir sería de alrededor de 100 mil pesos; “no sé cómo le voy a hacer para conseguir el dinero, porque además con este problema no ha llegado la gente que esperaba”, lamentó.
Por otro lado, Hilario Castaño Marcial, encargado del negocio denominado La Choza, enfatizó que el evento natural les ha afectado en gran medida, ya que al no contar con cerca del 50 por ciento del espacio que los turistas empleaban para descansar y consumir alimentos, la afluencia turística y ganancias han disminuido.
Prestadores de servicios de la playa Zipolite, perteneciente al municipio de Pochutla, externaron su preocupación por las pérdidas económicas que les ha generado un fenómeno natural por el cual el mar embravece de manera inusual y absorbe grandes cantidades de arena de las orillas, arrasando con una gran cantidad de palapas habilitadas como restaurantes o espacios para el descanso de los visitantes.
Alrededor de 10 negocios que funcionan como posadas y restaurantes han sido afectados por tal fenómeno, por lo que en plena temporada vacacional han visto mermadas sus ganancias, y lo que es peor, señalan, están a punto de perder buena parte de su patrimonio, ya que al rehabilitar algunas de las palapas que están a punto de ser tragadas por el mar, tendrán que desembolsar grandes cantidades de dinero.
“Desde hace como 13 años sufrimos este tipo de fenómenos; hace tiempo teníamos palmeras enfrente, así como una palapa bien grande, pero poco a poco el mar ha ido escarbando hasta dejarnos sin espacio. Como prestadora de servicios me preocupa por el turismo, porque además corren el riesgo de que caigan por algún descuido y se lastimen, por los desniveles que hay en algunas partes de la playa”, señaló Felipa Cervantes Esteines, dueña del restaurant Zipolipas, y una de las fundadoras de este destino de playa.
La entrevistada explicó que el mar mostró tal reacción desde hace unas dos semanas, y a la fecha, las autoridades de protección civil municipal, no se han presentado al lugar para verificar el estado de los negocios, o proponer alternativas para rescatar algunas enramadas que aún permanecen en pie.
Adelantó que en caso de perder su palapa, el costo para volverla a construir sería de alrededor de 100 mil pesos; “no sé cómo le voy a hacer para conseguir el dinero, porque además con este problema no ha llegado la gente que esperaba”, lamentó.
Por otro lado, Hilario Castaño Marcial, encargado del negocio denominado La Choza, enfatizó que el evento natural les ha afectado en gran medida, ya que al no contar con cerca del 50 por ciento del espacio que los turistas empleaban para descansar y consumir alimentos, la afluencia turística y ganancias han disminuido.
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