jueves, 6 de noviembre de 2008

Pochutla, ¿reinado de taxistas?

Patricia Pacheco Guzmán

Hace unos días los siempre omnipresentes taxistas de los sitios locales de Pochutla volvieron a la carga. Ahora hicieron una nueva aparición para amagar a las autoridades municipales y estatales con bloqueos y tomas de oficinas públicas, en caso de que no atendieran su reclamo de acabar con la proliferación de concesiones piratas, así como reubicar y regular la carga y descarga de los sitios foráneos de la parte sur, correspondientes a las localidades de Santa María Tonameca.
Las nuevas demandas se suscitaron a partir de la tardanza de parte de la Coordinación de Transporte (COTRAN) para cristalizar la segunda parte del reordenamiento vial en Pochutla, que inició el año pasado con la reubicación del sitio de carga y descarga de los taxistas del ala norte, y que se supone, continuaría con el mismo tipo de acciones con los taxistas del sur.
Por si fuera poco, el hervidero entre transportistas se agudizó por la aparición “inexplicable” de nuevas unidades habilitadas como taxis en diversas localidades de Pochutla y Tonameca, lo que trajo consigo suspicacias acerca de la responsabilidad de la autoridad municipal y de funcionarios estatales al avalar la existencia de taxis irregulares.
El principal alegato de los trabajadores del volante se centró en las afectaciones que acarrearían tales situaciones en su trabajo, ya que, dicen, “mientras más taxis hayan, y menos control sobre ellos exista, es más posible que invadan su territorio y acaparen el pasaje de manera desleal”.
Ante ello, la autoridad municipal ha aceptado que sean los propios taxistas quienes definan la viabilidad de otorgar nuevos permisos y concesiones en los diferentes sitios del municipio, y solicitarán una segunda reubicación de taxistas foráneos.
A pesar de que en una primera instancia los taxistas locales parecen tener la razón, habrá que plantear una serie de cuestionamientos para la reflexión.
· Los taxistas de Pochutla exigen una y otra vez que sus demandas sean satisfechas, pero, ¿quién les exige a los concesionarios que mantengan actualizados los seguros de cobertura amplia para evitar dejar en el desamparo a los usuarios en caso de accidentes?
· ¿Quién hace algo por los automovilistas particulares, hartos de lidiar una y otra vez con la forma irresponsable y casi salvaje de manejar de buena parte de los choferes de taxis?
· Si los dueños de las actuales concesiones, aglutinados en los diferentes sitios locales, tienen que ser los que avalen en conjunto con la autoridad a quiénes se les autoriza o no el trámite de cualquier nueva concesión, ¿no representa eso la continuidad de un verdadero monopolio del transporte público en Pochutla?
· ¿Alguien se atreverá a aclarar de una vez por todas, que mientras exista una red insondable, descarada e impune de corrupción dentro de la COTRAN (verdad, señor ex presidente Galguera), por más que los taxistas de cualquier lugar hagan berrinches y pataleen, seguirán apareciendo nuevos taxis como por arte de magia?
· ¿Algún día los habitantes de Pochutla podremos sentirnos incluidos en las determinaciones sobre el transporte público? ¿Cuándo se harán consultas ciudadanas para saber nuestra opinión sobre la eficacia del transporte, en las que incluso podamos proponer algunos medios alternativos?
Debido a que es francamente complicado esperar respuestas satisfactorias a las anteriores interrogantes, lo más seguro es que tengamos que acostumbrarnos a convivir durante un tiempo más en el cuasi sagrado reino del taxismo pochutleco. ¿Lo aceptaremos?

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