miércoles, 15 de abril de 2009

Se inconforman zipoliteños con edil de Pochutla por promover libertinaje y alcoholismo

Patricia Pacheco

La realización de una fiesta con motivo del periodo de Semana Santa en la playa Zipolite, que fue organizada por una compañía cervecera con la complacencia del ayuntamiento de San Pedro Pochutla; ha ocasionado inconformidad y enojo de parte de prestadores de servicios y habitantes, quienes evidenciaron el exceso de ruido, daños ambientales y la abierta incitación al consumo de alcohol y sexo.
Luego de tres días de reventón y excesos –del 9 al 11 de abril-, en los que durante la mayor parte del día y la noche, la cervecera Sol, avalada por la autoridad municipal, mantuvo prendidos aparatos de sonido a gran volumen, realizó concursos donde se promovió el libertinaje sexual y expendió cerveza al por mayor a precios por debajo de lo normal; los afectados denunciaron el daño a la imagen y tradición de Zipolite, “que se ha distinguido por ser un lugar donde predomina el respeto y la tolerancia, y no una diversión facilona, tipo Acapulco, que es la que pretende vender la autoridad municipal”.
Prestadores que decidieron guardar el anonimato para evitar represalias del gobierno municipal, señalaron que “resulta totalmente incongruente la actitud de la autoridad, ya que por un lado promueve las playas limpias, y por el otro, permitió que aquí se inundara de basura, de envases desechables, vasos y demás desperdicios”.
En el mismo tenor, se quejaron de que debido a la cercanía de la zona de la celebración –playa Roca Blanca- con un importante manglar, éste lugar de reserva ecológica fue severamente dañado, pues la gran cantidad de gente que participó en la fiesta, lo tomó como baño público. “¿Es esa la forma en que nuestro gobierno cuida el medio ambiente?”, se preguntaron.
A través de concursos, un animador contratado por la empresa orillaba a los asistentes, a través de un lenguaje soez, a demostrar quién tenía el miembro o los senos más grandes, y a consumir alcohol de forma indiscriminada, el cual era expendido a precios rebajados, lo que fue considerado por los dueños de restaurantes cercanos como una acto de competencia desleal y de promoción adversa de un lugar caracterizado por la tranquilidad; “hubo turistas que se molestaron tanto por el ruido y los desmanes que advirtieron que ya no volverían”, explicó uno de los negociantes.
Por lo pronto, sentenciaron los inconformes, habrá que exigirle a la autoridad que respete a quien los puso en sus puestos, porque si no hacen caso a sus gobernados, éstos pueden demandar que renuncien y mejor se dediquen a otra cosa.
El edil, la pachanga y su idea de desarrollo
Cabe mencionar que hace unos meses, el presidente de Pochutla, José Manuel Ricárdez López, fue severamente criticado por el anuncio de un proyecto para repuntar el turismo en la zona a través de la creación de playas nudistas en bahías consideradas vírgenes; idea considerada por Leonardo Da Jandra, escritor estudioso de la cultura de la costa oaxaqueña, como una ocurrencia creada por políticos sin arraigo ni cultura, que no conciben el riesgo que implica apostar el desarrollo de una región al turismo sexual.
“Tal parece que el presidente concibe como un ideal de desarrollo turístico el que haya turistas que se alimenten del morbo y el libertinaje sexual a plena luz del día; cree que la pachanga eterna y el exceso en todas sus modalidades son lo que le va a traer bienestar a los que nos dedicamos al turismo y a los habitantes de la región, por eso es que el pasado fin de semana nos dio una probadita de su idea de desarrollo”, finalizó uno de los prestadores entrevistados.

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